"El arte es como el naranjo, que precisa un suelo y un clima adecuados para florecer y dar fruto." Hipólito Taine (1828-1893)

miércoles, 4 de abril de 2012

Descubriendo el tinglado que sustenta al arte moderno y contemporáneo


El arte moderno o contemporáneo, como prefieran los lectores, es un claro reflejo del lugar en el que está nuestra sociedad ahora mismo. Un arte que nutre de conceptos y límites nuestra creatividad, que estimula el intelecto olvidando al alma y que abraza la idea de libertad sin límites desde el terreno de "todo vale si lo apoya la crítica especializada, porque presupone al resto de los mortales como no capacitados, como ignorantes o faltos de criterio" a la hora de evaluar la valía de una obra de arte.
Es cierto que tal vez no todo el mundo tiene conocimientos técnicos o intelectuales para catalogar una obra de arte desde esos extremos, pero la sensibilidad es naturaleza propia del ser humano, por mucho que se nos quiera desnaturalizar y deshumanizar, y dese allí es precisamente desde donde debería valorarse inicialmente una obra de arte.
El arte de hoy en día y sobretodo, la tendencia o tendencias artísticas defendidas y promovidas por los poderes que dirigen el mundo económico, son ejemplos del intento de crear un arte elitista alejado de la comprensión de la mayoría. Un arte que construye tendencias y argumentos para justificar movimientos de dinero y elitismo preestablecido. No interesa generar libre pensamiento, pero si educar y programar para tener a la gente aborregada. Un ejemplo claro es la televisión y la información oficial que se maneja. Pan y circo, decían.
No me estoy metiendo con los artistas ni con su intención, sino con la tendencia a promover según qué valores y criterios. Me refiero a que si se subvencionan plantaciones de soja transgénica y no se subvenciona el cultivo ecológico, es comprensible que los agricultores acaben cediendo para poder sobrevivir y se pongan a cultivar soja transgénica. Así funcionan las cosas en el arte hoy. Si se demanda un tipo de arte y otro se pasa por alto o se infravalora, es normal que los jovenes se apunten al caballo ganador. Así vamos degenerando las cosas hasta perdernos en la negación de lo esencial.
Si se promoviera un arte que pudiera acercarnos a las emociones, entonces bastaría la sensibilidad y el alma del espectador para establecer un diálogo que acabaría con cualquier elitismo. El arte no es intelectual, es más bien espiritual y emocional, y de emociones, entendemos todos... sobretodo, si recordamos que no somos robots, que no somos un producto enlatado.

Me han pasado de una web un reportaje interesante al respecto que aquí os dejo. No conozco la fuente. También os recomiendo este otro: CLIC AQUÍ.

Leeed y sacad conclusiones, pero hacedlo jugando. No quisiera ofender a nadie. 

Víctor Brossa


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